Encuentro con un Chaman



Mi historia con el Chamàn Bolìvar en esta reencarnaciòn - comenzò en el año 2011.  Soy una buscadora de verdades, lo que me llevò a experimentar con las medicinas enteògenas en ceremonias ancestrales modernizadas que llegaron a mi ciudad y me mostraron el camino, rojo por naturaleza, que conducirìa mi determinaciòn.

Practicando lo ancestral me encontrè subiendo una montaña, buscando una visiòn bajo un àrbol, ayunando de palabra, agua y alimento, jurungando en mi naturaleza de super viviente en esta territorio que habito.

El temazcal me cautivò, el renacer consciente, la clara oscuridad del vientre materno llamò mi atenciòn y me enfocò en su aprendizaje,  profundizando en el misterio en cada puerta abierta, en cada puerta cerrada.

Pero confieso que no entendìa nada, solo practicaba, siguiendo el consejo de un mayor, imitaba los pases màgicos, repetìa la palabra, seguìa el diseño, pero no entendìa lo que estaba haciendo.

Aùn asì, sabìa que era mi camino, me gustaba la gente, los rituales, las maneras, la parafernalia.

Estos rituales llegaron a venezuela por parte de nativos de otros territorios, que llegaron contando viejas historias que eran nuevas para mi.

Recuerdo claramente como me cautivò el rezo del santi, cuando se referìa a la tecnologìa original, la sagrada familia, la madre tierra, el padre sol, la hermana agua y el hermano aire.  

Los abuelos contaban que habìamos sido expulsados del edèn, que vivìamos aùn en èl.



Por primera vez me preguntè sobre la historia que conocìa, me conectè compasivamente con el pueblo nativo americano que fuè conquistado por los europeos, me interesaron sus historias, sus diseños, su estètica, su poesìa, los misterios que se escondìan en el silencio de la conquista.

Soltè la religiòn catòlica y me adentrè en la pràctica espiritual nativa americana porque se me hacìa natural.

Asì lleguè a Mexico a danzarle al sol, un ritual muy antiguo donde los humanos hacemos un sacrificio voluntario de sangre alrededor del àrbol de la vida, con el rezo de que cesen las guerras y pare el derramamiento de sangre inocente.

Fuè en Mèxico que me interesò conocer al abuelo Bolìvar.  Ya habìa conocido varios Taitas o chamanes- urbanos y nativos-  que estaban compartiendo de sus medicinas en esos tiempos.

Tuve el honor de danzar el el cìrculo del Abuelo Aurelio en Nayarit, donde Channô Bolìvar era ya reconocido.  

El yopo habìa llegado a Mexico y era compartido en grandes cìrculos de medicina, allì fuè donde me hicieron la pregunta que con verguenza no supe responder:  ¿Conoces al Chamàn Bolìvar y su Medicina?.  

Asì fuè como me interesè por conocer sobre la ancestralidad de mi propia tierra venezolana.


Conociendo al Chamàn en Yopo

Mi naturaleza obsesiva me hizo partir de un dìa para otro al amazonas, conduciendo mi carruaje por los llanos venezolanos y  navegando en chalana por el rio orinoco. Así llegamos al Puerto Ayacucho de noche.  Fuimos recibidos con honores.

La primera noche en la churuata fue una iniciaciòn en si misma.   La medicina me revolcó -como dicen los piaroas- tuve un "piso hae".  El misterio de la churuata me intimidò.  Recuerdo claramente la mirada fija del chaman julio cuando volvì del viaje enteògeno, acusiosa, profunda, como mirando màs allà de donde yo misma podrìa ver en mi interior.

·Esa noche conocimos a la churuata en pleno, me sorprendiò la comunidad mestiza que convocaba el chamàn, blanquitos y piaroas que se congregaban alrededor de Chagno, como si de una iglesia se tratara.

Me contaron que abuelo habìa vivido en la comunidad, pero se mudò un poco màs selva adentro huyendo del ruido del reguetòn.

Se llegaba en carro normal, pero la carretera era de tierra.  Habìa que pasar un puente de madera que daba miedo, por donde mi camioneta pasaba milimètricamente.  

El camino de la selva, entre la comunidad y la churuata es hermoso y misterioso, invita al silencio y a la atenciòn.

Los abuelos recibìan la visita constante de sus hijos, nietos, asì como visitantes turistas y nativos, que buscaban su medicina, tanto chamànica de sanaciòn como el yopo.  En esos años, vi pasar màs piaroas buscando sanaciòn fìsica y màs turistas buscando yopo.

El yopo o ñuâ es una medicina muy potente.  La màs potente que yo conozco.  (Dicen que tiene dmt a la diez).  Los piaroas la combinan con te de capi (ayahuasca) y tabaco.

Las ceremonias son sencillas, sin parafernalia, sin estructura aparente, comienza con el tabaco que es compartido elegantemente, haciendo una conexiòn energètica entre los participantes, sin arrebatar el tabaco y sin obligar a recibir.

El tabaco es nativo de amèrica y ha sido utilizado por todas las culturas amerindias para conectarnos con el mundo espiritual.  Es  una planta muy sagrada para mi pueblo.

El Capi, familia de la ayahuasca, crece silvestremente en la misteriosa selva que habita el chamàn, es preparada el mismo dia, se usa la raiz, que es machacada y cocida en agua a fuego de leña, quedando un te marròn de sabor astringente que produce un efecto en el paciente, que lo invita a la quietud y la reflexiòn.  

Se toma como preparaciòn de la energìa antes de la llegada del yopo.




A la media noche, el chamàn se prepara para compartir el ñuâ.  Cuando saca el plato y comienza a moler la medicina, todos se preparan aliviando el cuerpo, limpiando mente, para recibir una dosis de misterio profundo.

El amanecer siempre es glorioso, màs cuando tienes medicina en tu cuerpo.

. Encuentros y desencuentros en una Comunidad

La medicina del chamàn, para mi, es màs que su presencia, màs que el yopo, màs que la selva, fue su comunidad, conocer a su familia fue una revelaciòn para mi.  

Entre los mestizos conocì un piloto de aviones, profesión con mucho pedigree en el contexto de mi personaje (exploradora etnica), pronto me vi envuelta en historias de amor, traiciòn, odio y dos hijitos màs

Este huracán alcanzó el climax con la muerte del abuelo.

. Volver sobre mis pasos, a pie y sin peso

 Salì de allí arruinada, como huyendo, salvando mi vida y la de mi descendencia,  en un vuelo comercial con escala y trasbordo en caracas, con el coche màgico de mis dos wawitas, una mochila y una maleta.

"Usted Abuso... sacò provecho de mi abusò... de mi cariño usted abusò, sacò partido de mi, abusò se burló..." Celia Cruz.

Volver a la ciudad, cerca de mis 50 años y sin un peso en mi haber, me hizo revivir traumas de mi niñez, volví al seno materno y desde allí me reconstruí.

Caminamos entre warimbas y sargentos, entre sacificios inocuos otra vez. Aun sin dar con el poder que me corresponde. Confundida entre la gente jugando a rodar calle abajo en carros de carreras y elefantes rosados.

La medicina me rescató otra vez. Otra montaña, otro ayuno, otro sacrificio infiltrado en vano, una y otra y otra vez.

"Entre chipo y demogogia que me chupan sangre y miel...No solo se seca el hombre, se seca el hambre también, veranos de calentura, dura, dura hasta el aguazón".

. Retorno a mi hogar

Finalmente volví a la casa que años atrás construí para mis crianzas, y fué así que, en mi vida cotidiana, mientras cocinaba o cambiaba pañales, y utilizando las armas de la actualidad, que recordè quien soy, manuelita, la misma de simón.

marilove y el chamán, o sea, manuelita y su bolivar

Proximo capítulo  .. Mi Epifanía esquizoide.


Comentarios